Sí, la piel del kiwi se come. Aunque pueda sorprender, es comestible y sana. Solo hay que lavarla bien con un cepillo y eliminar la pelusa.
Existen tres motivos para comer los kiwis con piel. El primero es que en las frutas, en general, la concentración de vitaminas disminuye de la superficie al centro y el kiwi no es una excepción.
El segundo es que la piel del kiwi contiene, además, abundante vitamina E. Con el aguacate, es la única fruta fresca que se puede considerar fuente de esta vitamina antioxidante. Es más, contiene una forma de vitamina E que no se encuentra en otros alimentos.
Se llama delta-tocomonoenol y fue descubierta recientemente por científicos de la Universidad de Nápoles (Italia). Es casi tan antioxidante como el alfa-tocoferol, la forma de vitamina E más activa también presente en el kiwi. Estos compuestos alargan la vida de las células y protegen su material genético de alteraciones causadas por los radicales libres. Así previenen enfermedades como anemias, trastornos cardiocirculatorios y oculares e incluso cánceres.
El tercer motivo es que la piel contiene flavonoides antioxidantes que refuerzan el efecto de las vitaminas C y E, y que además previenen la proliferación de bacterias patógenas en el sistema digestivo. Según investigadores del Centro de Nutrición Infantil de Arkansas (Estados Unidos), la potencia antioxidante del kiwi con piel, en particular la variedad dorada, multiplica por seis la de las fresas y por tres la de las uvas.
Otras vitaminas presentes en el kiwi son la B2 y la A en forma de betacaroteno. También contiene otros carotenoides como la luteína y la zeaxantina.
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